¿Sueño o realidad? [Steven]

Había sido un día mu tranquilo, la mañana en la oficina era tremendamente aburrida, no era que descuidara mi trabajo por simples caprichos pero desde la misión arruinada por Basi había una especie de pausa que nos mantenía a todos quietos y con la expectativa del siguiente trabajo. Me había dedicado a ordenar los papeles y revisar la última información obtenida para clasificarla correctamente, a este paso no tendrían un nuevo trabajo hasta diciembre.

Al rededor de las 10 era una completa bumba, no estaban ninguno de sus compañeros y el día era demasiado esplendido para gastarlo dentro de ese reciento, que apesar de ser hermoso, no se comparaba con la luz natural del sol y el aire fresco que se respiraba en el exterior, no estaba ni nublado ni frío, simplemente templado resplandeciente, justo para dar una vuelta por el parque.

No tome mi auto, no lo necesitaba pues entre mis planes estaba volver más tarde a la oficina por si algo se ofrecía o necesitaba, no era mi costumbre salirme en los horarios de trabajo pero cualquier cosa podrían localizarme en el móvil.

-Buenos días- salude al portero al salir del edificio y deje que mis piernas me condujeran por sus lugares favoritos, la gente a esa hora se veía mu tranquila y amable, yo devolvía las sonrisas que me regalaban y hacia gestos con la cabeza en señal de asentimiento

Llegue a un parque sin proponermelo, algunos ancianos paseaban con tranquilidad, en las bancas se veían parejas disfrutando de la mañana y los niños corrían de un lado a otro, llamo mi atención un grupo que se paraba a reirse de algo que ocultaba un árbol, con algo de pena por mi curiosidad me acerque a ver qué les causaba tanta gracia y descubrí que era una chica que se había quedado dormida, sus risas debeiron de haber sido muy fuertes ya que la despertaron casi al instante. La observe recojer sus cosas y retirarse.

También me iba a retirar cuando pase cerca del arbol un destello llamo mi atención, ¿qué era? Me acerque a inspeccionar vi que era un pequeño arete color plata que tenía un colgante mu bonito, quizás era de la chica que acaba de irse así que presuroso le di alcance.

-Disculpa- dije poniendome a su lado, tampoco era mi intención asustarla, él pendiente podría tener un significado especial, un regalo o tal vez herencia de la abuela -¿Es tuo?- dije extendiendo la palma de la mano hacia arriba y mostrando el pendiente olvidado.

Corrí con suerte pues ella no era de esas paranóicas que saltaban a la más mínima alución a su persona, si hubiera sido de esas chicas estoy se hubiera complicado mucho más de lo que era necesario, después de todo sólo quería regresarle su arete, era terrible perder las cosas y darte cuenta mucho después cuando ya no podías regresar al lugar en el que estuviste o nisiquiera recordaras hace cuanto que lo tenías, era casi imposible retroceder los pasos andados cuando perdías algo.

Espere pacientemente mientras la chica se llevaba la mano a sus orejas para confirmar la presencia o ausencia de sus pendientes. La mire con suavidad no quería que se sintiera acosada o demasiado observada.

- No tienes nada que agradecer- mi vestimenta era formal, me gustaba estar bien arreglado aunque tampoco usaba el uniforme de policia puesto que propiamente ya no era uno, tenía mi arma y mi placa pero el trabajo en los Simuladores me daba más libertad en cuanto a la vestimenta que podía usar, los pantalones formales y camisas con zapatos siemrpe han estado entre mis prendas favoritas.

-Junto al árbol donde estaba sentada, la vi levantarse y luego el destello en medio del pasto- explique con suavidad, no estaba pretendiendo sonar como un acosador simplemente había estado en el lugar correcto en el momento correcto, todo era gracias a esos niños burlones que habían llamado mi atención.

-No creo que sea descuidada, los aretes son muy traviesos- recordaba un par de anecdotas con Mallory en unas fiestas, siempre se le perdía una pieza y tenía a la mitad de los invitados buscando por todas partes hasta hallarlo, entendía bien esas cosas de mujeres -Soy Steven Elliot, para servirle señorita- extendió su mano para presentarse, era de mala eduación no hacerlo.

La joven parecía algo contrariada con mi presencia, no era para menos actualmente la situación había encrudecido un poco por las matanzas que se daban con las prostitutas y strippers sobre todo, no hac{ia mucho se haía escuchado de un caso donde habían encontrada a la joven en un cuarto sucio cuatro días después de su muerte, era una rusa que pasaba de modelo para Burberry, quién sabe en qué andaba metida pero sus encantos no le valieron para salvarle la vida.

-Bueno, de todas formas no es lindo perder cosas- me había equivocado y al parecer el arete no tenía mucha importancia, bueno quizás le hubiera costado más de lo que podía vovler a pagar o lo que fuera, ya no importaba pues estaba en manos de su dueña y con eso podía darme por bien servido, hubiera sido algo apenante que la pieza no hubiera sido de ella, no sé que hubiera hecho quizás sólo disculparme.

-No tengo por qué mentirle señorita, ahí fue donde lo encontre- asentí con la cabeza, mi deber de policía que ayuda a las personas seguía muy arraigado en mi interiior, no importaba lo que hiciera o a qué me dedicara, ayudar a los demás siempre sería más una necesidad que gusto.

Tome su mano con delicadeza y la lleve a msi labios para darle un suave beso en eltorso, era algo anticuado pero así me habái enseñado mi padre, no lo había dejado primero por obligación y después por gusto, las mujeres sólo merecían ver la mejor parte de los hombres, después d etodo sin ellas no habríamos nacido.

-El gusto es mío, señorita Zuzzethe- le regale una sonrisa antes de soltar con cuidado su mano, tampoco la iba a retener mucho pues podría ser malinterpretasa mi acción, una vez me había topado con una chica que se emociono de más con aquello y luego quitarmela de encima había sido toda una tarea pues no entendía a sutilezas.

Los ojos de la joven eran demasiado sinceros, se mostraba en ellos todo lo que pasaba por su mente como si fueran espejos, libros abiertos que podían ser leidos sin conocer una letra del alfabeto. Introduje las manos en los bolsillos de su pantalón, no era alguien inquieto pero siempre me encontraba con el problema de no saber dónde poner las manos.

-Pues..-.- no comprendí lo que acababa de decir ¿acaso le gustaba perder sus cosas? Eso me parecía extraño pero no lo iba a mencionar, no iba a decir algo que pudiera ponerla en algun aprieto además en gustos se rompían en géneros -... bueno, a mi no me gusta perder mis cosas, suele ser bastante incómodo- fue la mejor explicación que me cruzo por la mente, no pensaba que me fueran a preguntar eso y no estaba preparado para contestar algo de ese estilo.

Asentí con la cabeza, bien que sabía como era el mundo de las mentiras, no me gustaban y sin embargo me encontraba trabajando inmerso en ellas, tenía que lidiar con ellas todo el tiempo y trabajar para desmantelarlas, su trabajo era eso: quitar la paja de mentiras para encontrar la aguja de la verdad, algo complicado y cansado pero muy gratificante. Siempre me preguntaré por qué la gente miente y hace daño.

-No tiene que decir nada- nñadió rápidamente, seguramente acaba de meterla en un enorme aprieto, los silencios no eran algo que me gustara, bueno los silencios incómodos en los cuales uqerías que te tragara la tierra, seguro así se sentí ella ¡qué descuido por mi parte! Quizás tenía prisa y yo quitandole el tiempo -Bueno, si ya no neceita de mis servicios, dejaré de quitarle su tiempo- espere su respuesta ya que no iba a dejarla hablando sola, si era que tenía cosas que hacer esperaría a que se marchara antes de hacerlo yo mismo.

Sólo atine a componer una gran sonrisa y luego saque mis manos de sus bolsillos, era un truco que había aprendido hace unos años para entretener a mi ehrmana y la verdad me gustaba mucho, esa chica al menos era un par de años más joven qeu yo y de cierta forma me recordaba lo fragil que Mallory era y lo bien tratada que merecía ser.

-elige una mano- le dije poniendo frente a ella para que pudiera ver los dos puños cerrados de mi mano, quizás era algo infantil pero era algo que me divertía mucho. Además parecía una niña linda con la cual podría bromear un poco, después de todo ya lo había hecho, mero impulso que ahora me arrepentía y deseaba haberlo reprimido pero ya era demasiado tarde para hacerlo.

Frunci levemente el ceño porque no entendía lo que me estaba diciendo, al parecer no le acongojaba demasiado perder sus pertenencias, eso si era algo extraño pero no comentaría nada, después de todo, todas las perosnas eramos completamente diferentes.

-No parece nada pesona- contradije con algo de educación en un tono suave. De hecho me parecía todo lo contrario, era la típica imagen de la niña de buena familia que salia a pasear y caminaba, vestía y hablaba correctamente.

-¿Segura? Si tiene que irse ólo tiene que decirmelo y no hay ningun problema- asegure de nuevo, muchas veces las personas no decían que debían o querían irse por temor a lucir algo maleducados, yo mismo lo hacía así que le daba la oportunidad de rectificar su respuesta y deshacerse de mí si así lo deseaba.

off: lamento el post, ando en trabajos finales y no tengo mucho tiempo.

La sonrisa se ensancho en mis mejillas y terminé abriendo ambas palmas de las manos, en la izqueirda no había absolutamente nada y en la derecha había una pequeña flor de esas que crecían por todo el parque y la gente raramente se detenía a observar. Eran de esos pequeños detalles que siempre alegraban a mi hermana por lo que supuse que a ella también le gustaría aunque al parecer no era lo que yo suponía.

-Para usted- al final se la puse en una de sus manos, después de todo era para ella y merecía tenerla a pesar se su mirada desconfiada por el acto, quizás le había dado desconfianza, era de lo más normal.

Negue con la cabeza -No creo que usted tiemble por cosas así, si me lo permite parece una chica fuerte- su estructura y facciones delicadas no impedían que su fortaleza radicara en su caracter y las dulces expresiones que tampoco se alejaban de tner un caracter firme que no dejaba que nada ni nadie pasara sobre ella, quizás era lo más complicado ver esas expresiones en la gente que parecía tan delicada pero era cierto, todos teníamos fortalezas auqnue no lo superamos.

-A dónde usted queira- respondí haciendo un gesto con la mano para que comenzará a caminar, yo la iba a seguir al mejor lugar que encontrara del parque, era bueno no tener un día apretado en la oficina.