Don't worry, Be happy [Harvey]

Tenía un espacioso loft en aquella zona, en Golder's Green, la zona de estudiantes. Sí, era el mismo que casi un año atrás había compartido con Ethan, aunque ya apenas quedaba huella de su existencia en mi casa. No quería recordar ese momento tan amargo, y hacía ya cuatro meses que me había desecho de su ropa, su música- que por suerte no eran vinilos, me hubiera costado mucho más- sus libros los había regalado. Ahora nadie diría que había compartido piso con mi novio, y eso era bastante penoso. ¿Acaso nunca podía pasarme nada bueno? La muerte de mi madre, la bancarrota, el suicidio de mi padre, la desaparición de mi novio...Al parecer todo lo que me rodeaba se marchitaba. Nada me salía bien y tuve que respirar hondo para no ponerme a llorar. Lo más terrible de todo era que yo ya había pasado página, ¡Y tan sólo hacía diez meses de la desaparición de Ethan! Bueno, ese sólo era relativo, pero estaba segura de que él no me habría olvidado tan pronto, me amaba muchísimo.

Me levanté del sofá y me lié un porro, seguro que eso me calmaría. Pero seguía pensando en cómo podía ser tan fría que ya me había enamorado de otro. Me sequé una lágrima con la mano libre e intenté volver a la calma. Quizás lo que sentía por Harvey no era amor, o al menos no lo era...todavía. Eso si que era una estupidez de las grandes. El problema era que yo estaba perdidamente enamorada (?) y él también, pero de su novia. Y encima, era poli. Di una calada al porro y me sentí más tranquila. Ya no lloraba. Eso estaba mucho mejor, me había prometido a mí misma que dejaría de autocompadecerme y sería una chica optimista. Cuando terminé el cigarro ya me encontraba mucho mejor y decidí salir a dar un paseo. Despejarme me vendría muy bien, pero primero tenía que vestirme, pues llevaba pijama, no ya, sino todavía.

Me puse un vestido de vuelo bastante primaveral color rosa con florecillas negras, a juego con mi diadema negra y unos tacones no muy altos rosa con puntillitas negras. Podría decirse que iba bastante arreglada, pero mi intención era salir a tomar algo después de despejarme. No algo como un cubata, sino algo como un helado, no me apetecía demasiado la fiesta es noche, y no veía por qué no podía una chica ponerse guapa sin motivo alguno. De modo que unos quince minutos después, me encontraba en el portal de mi edificio, pensando dónde podría ir.

¡Contento! Asi estaba después de haber evitado un atraco a mano armada en una farmacia por parte de un yonki, que además me infoirmó del paradero dse su camello ya que estaba bastante colocado, el caso es que habíamos detenido al camello vendiendo droga en la puerta de un instituto, puesto al yonki en protección de testigos y yo palmeado en la espalda por mi jefa por un buen trabajo y haberme ganado la tarde libre a pulso por lo que iba en mi coche a velocidad media-alta hacia algún lugar, puesto que Aura trabajaba y mis hermanas aun estaban en sus quehaceres de su vida.

Pasé cerca de un edificio donde vi a alguien conocido... ¡Erikaaa!... mi amiga Erika, una sonrisa de oreja a oreja cubrió mi rostro y un volantazo fue propicial para girar a la izquierda con brusquedar y parar justo en la acera donde estaba la chica, todo eso después clarod e varias pitadas de conductores furiosos. Estraba a medio metro... de haber atropellado a Erika, mi reacción era estar mirando por la luna delantera, con mis gafas de sol una sonrisa bobalicona y agitar la mano alegremente para luego apagar elc oche quitarme el cinturón y bajar de este:

¡Erikaaa!-exclamé divertido omitiendo que el coche estaba muy cerca d eella y abrazandola fuertemente levantándola en brazos para luego darle un besoi fuerte en su mejilla-¡Cuanto tiempo sin verteee!!! ¿como estas? ¿como te va? ¿qué es de tu vida? ¿vives aquí? ¿Has viajado mucho?

Muchas preguntas, pero hacia tiempo que no la veía, comoa todo el mundo podría decirse desde hacía bastante tiempo, todo me tenía absorto y para un día que lo iba atener libre... estaban todos ocupados, por suerte me encontré a Erika, auqnue no me había olvidado nunca de ella... quizás no la llamaba pues ella tambien estaba perdida.

Me había sentado en el portal, apoyando mi cara sobre las manos bastante pensativa. Un helado de chocolate me vendría muy bien para olvidar. Para olvidar mi penosa vida y lo estúpida que era enamorándome de un poli. Esa estupidez podía salirme muy cara si descubría a lo que yo me dedicaba. Me obligué a volver al helado de chocolate y me pasé la lengua, golosa. Poco había que me gustase más que los dulces, y si estaba en lo cierto, había una heladería veneciana artesana no muy lejos de mi casa.

Me acababa de poner de pie cuando me di un buen susto al ver que uno coche de policía frenaba tan cerca de mí que podía haberme atropellado. Antes de que pudiera haberme repuesto del shock, alguien salió del vehículo. Sí, era esa persona que tanto deseaba ver, y al mismo tiempo quería evitar: Harvey.

El chico me dio un abrazo muy fuerte, y yo me quedé tan quieta como una muñeca. Aquello era superior a mis fuerzas. Empezó a hacerme muchas preguntas, tan rápido que todavía no me había dado tiempo a reaccionar sobre su llegada.

- Hola Harv.- sonreí tan alegre como siempre- Bah, estoy como siempre. Y sí, vivo aquí arriba- señalé el edificio que había detrás de mí.-No, ya sabes que no suelo salir de la ciudad.

Miré con ternura a Harvey, pero sólo unas milésimas de segundo, no se habría dado cuenta, luego le sonreí otra vez y le toqué la nariz. Era uno de nuestros estúpidos e infantiles jueguecitos.

- ¿Dónde has estado metido? ¿Sigues con Aura? ¿Acaso no te has dado cuenta de que casi me matas?- ahora era mi turno de avasallar a mi amigo con preguntas.- Y por cierto, ese coche es horrible.- le guiñé un ojo y le saqué la lengua, intentando picarle.

A Erika le costó reaccionar, pues esta, se había quedado bastante quieta ante mi llegada, quieta y sin moverse del lugar, tal y como llegué a sospechar hablaría segundos después del encontronazo, puesto que no había tenido tiempo a descifrar mis preguntas a tiempo, cosa que al pensarlas me hacía sonreír y mucho, escuchando cada una de sus contestaciones, gesticulando, mirando hacia arriba cuando señaló el edificio, alegrándome cuando dijo que estaba bien y encogiendome de hombros ale scuchar que no salía d ela ciudad, nunca había entendido eso... al pueblo de al lado minimo... que habia unas granjas chulas de vacas:

Algún dia te llevaré a una granja de vacas que hay fuera de la ciudad... nose... se me ocurre eso jajaja, es que es triste no salir, Londres es grande, pero hay mundo ahí fuera desconociiidooo-me puse en plan infantil y siniestro haciendo un gesto cómico con la mano..

Ahora llegó su turno de preguntas, bueno solo fueron tres y una crítica constructiva hacia el coche, era normal que me diesen los feos, tenía una explicación, los destrozaba, por lo que me daban los viejos a los que ya no pensaban arreglarlos mas, así se evitaban que arreglar y gastarse un dineral y cuanjdo los estropase dar parte al seguro de haber sido en algún tiroteo o persecución:

Pues ya sabes... desde que entré de detective y dejé de repartir cafés... el trabajo es el trabajo jajaja mucha investigación y eso-comenté co aire divertido-Si que sigo con Aura, nos va como siempre, siempre discutiendo, pero disputas de 5 minutos y ya estamos dos dias bien completos con los tipicos piques frikis nuestros.

Referente al coche... es feo de narices lo se... pero llevo desguazado ya tres- eso lo dije con un aire inocentón y divertido, como si hubiese roto un coche de juguete con 5 años.

Sonreí ante su idea. ¿Llevarme a una granja? Guau, eso sonaba a una de esas excursiones que los niños normales hacen de pequeños a una granja-escuela para ver las vaquitas y los conejitos. Yo, por supuesto, nunca había ido a una de esas. De pequeña estudiaba en un estricto colegio ruso, y más tarde, en un estricto internado inglés. ¿Desde cuando a las Srtas. Rottenmayer les gustan las granjas? Lo cierto es que no era una mala idea, aunque yo siempre había sido más de ciudad.

Harvey pareció calmar su repentina euforia para escuchar mis preguntas. De modo que seguía con Aura. Eso me alegraba por un lado, y por otro me devolvía las ganas de llorar. Me contuve, al fin y al cabo, él siempre me había conocido en mi faceta divertida y alocada, no el esa cara metafísica y autodestructiva en la que solía envolverme cuando estaba sola. Escuché luego su comentario sobre el coche y no pude evitar reír a carcajadas. Siempre había sido de lo más bruto.

- Y, ¿qué te parece si dejamos ese horror y nos vamos de paseo en mi coche?- dije a la vez que le mostraba las llaves de mi precioso Cadillac El Dorado de 1955, mi orgullo y lo único que quedaba de mi época ricachona.- Había pensado ir a tomar un helado aquí cerca, pero si vamos en coche podemos ir a Greenwich, allí hay buenos bares, y heladerías.- sonreí y esperé su respuesta.

Sin duda, yo era una golosa empedernida, y ahora no habría quien sacase de mi cabeza la idea de tomarme un enorme helado sundae de chocolate con crema chantilly.

Mi mirada bobalicona seguía puesta en Erika, esta era un poco especial, era igual de infantil que yo, por lo que nos llevábamos muy bien a pesar de todo lo que podría hacerle sin querer y sobre todo siendo igual de manazas con ella que con toros, el caso es que esta chica y yo, nos conocimos por casualidad una vez que paseaba a tu no mami, era la típica chica que al ver a mi perro se pone a jugar con el, mas yo me acerqué y terminamos hablando, cuando nos dimos cuenta, habían pasado horas y horas hablando de tonterías y mas tonterías, y a partir de ahí hubo una relación de muy buena amistad, llegandola a considerar la hermanita loca que siempre quise... pero que no tuve debido a que son todas unas pijas tontas.

Su idea me pareció buena, su coche me encantaba, ese coche americano grande que tenía, antiguo pero potente y con clase, para un amante de los coches como yo era una reliquia, auqnue no corría lo que quisiese, se podían hacer maravillas con el si me lo plantease:

Guay, pero... así a... bah da igual, ya me lo retirará lña grua municipal o cualquier grua que pase por aquí. ¡VAmos!-dije señalando el horizonte equivocándome de sitio donde señalar y riendome de mi propio fallo-Esperate... Greenwich está... por allí, jajajaja.

Tras eso ahora me preguntaba donde tendría ese Cadillac dorado tan chiulo, por lo que me mantuve quietecito, para que ella me mostrase el camino cuando lo tuviese decidido.

Me seguía mirando de aquella forma tan inocentona que me revolvía las tripas, y no de asco precisamente. Revolver las tripas, sonaba mucho menos cursi que la expresión adecuada: Me hacía sentir mariposas en el estómago. De todos modos y aunque no lo reconociese, en el fondo era una romántica, y a eso se debían mis "movimientos de tripas". Decidí actuar pronto para disimular lo que sentía cuando me miraba así. No me convenía estar pensando todo eso, pues para él, yo sólo era una amiga sin opciones a nada más. Él estaba muy enamorado y Aura era una chica estupenda, además de muchísimo más guapa que yo, por no decir más madura. Entendía perfectamente por qué la quería tanto.

- Que suerte tenéis los de la poli...Si la grúa se llevase mi coche, me vería con Dios y su madre para poder llevármelo otra vez.- reí entre dientes y me dirigí a mi coche, que estaba una calle más abajo. Era de un bonito color azul claro, bastante típico de mi modelo de vehículo. Abrí la puerta y me monté, luego abrí el pestillo de la otra por dentro.

Al poner la radio sonaba Bon Jovi, eso me puso de mejor humor, pues aunque tenían muchas canciones de amor, ese grupo siempre me daba bastante energía. En concreto, sonaba It's my life. Perfecto. Arranqué el coche una vez Harvey se montó y comencé a sentirme bien. Amaba mi coche, y conducirlo era un verdadero placer.

- ¿Tienes alguna preferencia?- dije girando un poco la cabeza para mirarle. Oh my God...estaba tan mono como siempre, pero me concentré en lo mío- No voy mucho por Greenwich. ¿Me recomiendas algún sitio para tomar un buen helado sundae?

Parpadeé un segundo, ¿me pareció ver un rostro extraño en la chica, pero había desaparecido, bah imaginaciones mías, seguro que era lo que yo me imaginabva siempre con todos, tenía deslices mentales, solía imaginar a la gente en posturas cómicas haciendo cosas extrañas, era alguien de mente muy activa, podría ser infantil y to0do lo que quisiese, pero por mi mente pasaban muchas mas cosas que por la mayoría de personas pudiesen pasar.

¿Suerte?... Pues si... pero mujer te he dichoq ue si te pasa algo de eso, me lo digas, hablño con los de tráfico y los del depósito y ya está, te quitan la multa y solo pagarías la estancia en el depósito del coche-dije de forma divertida dandole una leve colleja a mi amiga en su pelo, puesto que este ocultaba su cuello-Bieeen ahi esta el adorable montón de chatarra de tu coche

Lo dije sin maldad, era un monton de chatarra adorable... pero monton de chatarra, como yo le decia a todo cacharro tampoco habia mucha diferencia, hasta a los coches mas modernos le decia cacharros, así que si se enfadaba, tendría una expliación perfecta, tars eso me puse a pensar en la mejor heladeria, asentí y le coloqué mi PDA una dirección de GPS y lo colgué del coche colocando un cacharro que llevaba en mi bandolera:

Vamos a ese punto-escuché la musica... no me desagradaba Bon Jovi... pero bueno a veces se me hacia pesado-Tu y tu Bon Jovi

La verdad es que la grúa sólo se había llevado mi coche en una ocasión, y no pensé que tener un amigo en la brigada criminal pudiera ayudar. Me limité a encogerme de hombros y sonreír como siempre. Me había dado una colleja y yo se la devolví con cariño.

¿Chatarra? En realidad me daba igual, mi coche era viejo, pero seguía siendo una joya que no todo el mundo podía permitirse tener. Mi Cadillac...no me había sido fácil hacerme con él cuando salí del orfanato, ni tampoco me sentía orgullosa de los medios utilizados, pero el coche me pertenecía y ahora seguía siendo mío.

Miré a Harvey alzando una ceja ante su último comentario.

- ¿Mi Bon Jovi? No me vuelve loca, aunque sí me gusta mucho.- esbocé una leve sonrisa picarona.- A todas las mujeres nos gusta Bon Jovi.

Recordé entonces uno de los años en el hospicio de huérfanos. Por Pascua hacíamos funciones de talentos donde algunos cantaban, otros actuaban o tocaban algún instrumento. Mi primer año allí, en la función salió un chico que tenía mi edad o algún año más, bastante guapo- por qué no decirlo- cantando Always de Bon Jovi. Ni que decir que nos dejó a todas pasmadas y boquiabiertas. Con eso bastó para convertirse en el chico solicitado. Aquellos momentos me recordaban que no toda mi vida había sido una mierda- aunque en general si lo hubiera sido- también había ratos buenos.

Miré la PDA que actuaba como GPS. Lo cierto es que odiaba tanto las estúpidas siglas como los aparatos tecnológicos, pero no dije nada.

El coche de Erika:

La chica me había devuelto la colleja tras laaaargo y tendido rrato, no sabía si me la habia guardado o es que era tan floja que su pelo ni la habia echo percatarse de esa colleja, el caso es que a el le dio igual, prosiguió su caminar hacia delante y le sacó la lengua de forma infantil.

Miré a la chica y me encogí de hombros, si era cierto, a las mujeres volvian loco Bon Jovi, era por sus letras moñas y todo eso, pero realemnte me daba igual, no hacia falta demasiado para que las adolescentes se pusiesen a babear y esas cosas, auqnue a nosotros tambien nos bastaba con una actriz que saliese semidesnuda en un pase de modelos o alguna tontería de esas para hacernos babear, los hombres también eran simples:

Bueno si no te vuelve loca... jajaja, a mi hay un par de canciones... livoing on a player me encanta jajaja pero por la vocesita esa del owowowowowow-dije divertido imitando eso con aire curioso-Por lo demás es un tio que no me atrae... es muy moña prefiero otras cosas o grupos.

Mis grupos eran muy raros, me gustaban mucho la música en plan hablando de bromas y diversiones, me había hecho una española que era el pato, era una mezcla con un pato de goma de fondo dando la vara, muy divertida y rítmica

Arqueé una ceja. La canción había terminado, ahora sonaba algo más punk, que también me gustaba mucho. Mi coche no tenía reproductor de CD ni de casette, pero siempre quedaba la radio, y encontrando una buena emisora, no había problema.

- En realidad la canción se llama Living on a Prayer.- le sonreí apartando un segundo la vista del volante- Y no es un moñas, es romántico. Claro que yo también tengo otros gustos.

Llevaba una velocidad considerable, y las ventanillas abiertas, así que el viento nos daba en la cara, era muy agradable, y estaba segura de que ESE policía en concreto no diría nada de mi velocidad ni de mi forma de conducir. Él, que era apodado el destrozacoches por Aura y por mí.

Subí el volumen de la radio

Miré a mi amiga de forma bastante divertida, a decir verdad, yo y los nombres no eramos demasiado amistosos, porque tenía una memoria de pez para esas cosas, asi que mejor no rechistaba, auqnue cuando iba decir mis palabras, la radió cambió de cancion, vaya no había ni un corte publicitario, eso molaba, yo como estaba aconstumbrado a llevar reproductor MP3 pues ya me había olvidado de eso:

Verdad, jajaja nunca s eme dan bien los nombres-dije encogiéndome de hombros mientras pensaba que moñas y romántico para mi era un sinónimo-Jajaja romantico y moña es lo mismo, bueno a mi los gustos... podría decirte que cuanto mas extravagante y divertida sea la cancioncilla mejor.

Tras eso saqué la cabeza por la ventanilla, de forma divertida casi saco medio cuerpo y prosigo con lo mio, a decir verdad, muchas veces conducía en esa posición, pero ahora iba cantando algo a traves de la ventanilla:

YAYAYAYAAAA MOBILEEE DISCOOO PERPEEEENTOOOO LALAAA INVERSPENTOOOO-cantaba algo conocido pero obviamente como no sabía italiano lo cantaba a mi manera, llamando la atención y provocando las pitadas de algunos coches que miraban raro.

Me encogí de hombros ante la respuesta de Harvey, eso era cierto, no era muy bueno con los nombres. Yo aún no conseguía entender cómo diablos le habían dejado ser poli. Sonreí y seguí conduciendo mientras él empezaba a hacer el bobo, como de costumbre.

A mí no me avergonzaba ir con él, por muchas idioteces que pudiera hacer. Quizá era de las pocas personas adultas que podían aguantarle sin perder los nervios, por eso me llevaba tan bien con él. Subí el volumen de la música y disfruté del paseo.

- Cuéntame algo Harv.- le dije con una encantadora sonrisa de las mías.- Hace tiempo que no sé de ti.

Esperaba su respuesta cuando vi por la calle a un chico un par de años mayor que yo, muy musculado y moreno. Le reconocí enseguida, era Jules, el hijo de mi casero. Aquel que estaba tan interesado en mí, mejor dicho, en colarse en mis sábanas. No era en absoluto feo, pero no me gustaba nada su actitud chulesca y le evitaba siempre que podía. Por suerte, no me había visto, pero mi coche era llamativo, y si Harv seguía cantando en "italiano" lo sería más.

- Harv, por favor, calla un momento.- dije apagando la música.

Mi cantar Italiano tomaba un tono mas cómico, ahora movía la cabeza como si la música de la chica fuese hip hop o alguna cosa de esas y moviendo el brazo en plan americano, riéndome yo solo a la vez que mantenía un lapsus mental bastante extraño, pues mezclaba canciones y épocas, lo mismo podría cantar en italiano como en ingles, incluso en español, ACDC, como David Bisbal, o la traviatta, quien sabía, yo escuchaba muchas cosas distintas, y las canciones mas famosas se me quedaban, luego podría ir cantándolas por cualquier lado.

La chica me preguntó por mi vida, yo obviamente iba con mi cantar divertido y no le mostré mucha atención, fue entonces cuando ella apagó la musica y me hizo entrar en el coche, yo confuso entré y la miré encogiéndome de hombros, y encendiendo de nuevo la música:

¿Que ocurre?...-pregunté con rostro bobalicón cuando un chico comenzó a acercarse a nosotros, parpadee confuso y miré por la ventanilla trasera, se acercaba un tio muy grande a la ventanilla, habia un semáforo en rojo y un coche ya parado asi que si era un tio con malas intencione spoco podría hacer-Vaya... ¿y ese que se acerca quién es?

Mi intento de pasar desapercibida fue en vano, no sólo porque Harvey enchufó la música de nuevo, sino también porque tuve que parar en un semáforo justo delante de Jules. Deseé con todas mis fuerzas que no me viera, era un pesado estúpido y creído, pero era el hijo de mi casero y debía ser amable con él.

Para mi desgracia, se fijó en mi coche y se acercó a nosotros. Harvey pareció darse cuenta de ello y volvió al mundo real.

- Es...el hijo de mi casero, Jules.- me dio tiempo a decirle antes de que el susodicho se acercase a saludar.

- Hola preciosa.- dijo apoyándose en mi ventanilla como para lucir músculo.- ¿Qué tal andas hoy?- alzó una ceja con coquetería y al ver a Harvey a mi lado añadió- Veo que traes compañía. No importa, siempre podemos dejarlo en su casa e irnos tú y yo.

Maldito idiota, estaba deseosa de gritarle que era insoportable y que me dejase de una puñetera vez, pero me contuve.

Como si quisiese ser el hijo de Rambo, ese tio era el típico chaval musculado de gimnasio que iba enseñando músculo, a decir verdad en ningún momento iba a poder decirle nada, era amigo de Erika aunque algo me decía que le incomodaba, pues se le veía algo rara, en ese instante el tio se colocó en la ventanilla, cuando comenzó a hablar comencé a reirme de forma divertida a la vez que aporreaba el salpicadero, por suerte ese coche no tenía Airbag del pasajero:

¿Pero este quien eees?-dije de forma divertida mientras luego lo insultaba-parece el muñeco de michelín todo fuertote.

El rio me miró raro y yo le saqué la lengua, no sabía si iba a decir algo raro o no (el NPJ es tuyo lo manejas tu), de todos modos me acerqué a la ventanilla del conductor y empujé al tipo con mi cabeza hasta que logré sacarla y mirarle de forma infantil y bobalicona:

¿Eres la novia de rambo mijo?-pregunté divertido mientras entrecerraba los ojos con una sonrisa infantil

Suspiré divertida al oír a Harvey. Él siempre con sus ocurrencias...por eso le quería tanto, era divertido y no se acobardaba por un muñeco hinchable de gimnasio. Jules parecía algo molesto por su comentario, lógico, pero prefirió ignorarle y seguir mirándome con esa cara tan odiosa. Luego, escuchó lo siguiente que dijo Harv. A veces pasaba de divertido a idiota. Por suerte para todos, el semáforo se puso verde.

- Creo que el que sobra hoy eres tú, Jules.- dije con una sonrisa mientras arrancaba el motor. Cuando nos hubimos alejado un trecho, miré a Harvey.- ¿Tú por qué te metes? Sí, ese tío es imbécil, pero le has cabreado.- suspiré y me recogí un mechón tras la oreja

Me quedé mirando a mi amiga con ojos divertidos, observando como aquel pringado se quedaba con la cara de gilipollas enfadado por mis palabras y Erika lo dejaba tirado como una colilla en medio de la carretera, en ese instante me quedé pensativo unos instantes y coloqué mis manos tras la cabeza, y miré a mi amiga que parecía molesta por mi actuación, no me había pasado tan solo le había dado su merecido, por molestar:

Pues que se cabreee... ¿qué puede hacer? ¿Decirle a su papi que te suba el alquiler?-dije divertido y le saqué la lengua-Si te dice algo le dices que soy.. po..

En ese instante una musiquilla conocida me hizo pegarme bruscamente a lña ventanilla mia y sacar la cabeza, había una exposición de comics allí mismo, veerdaaad se me había olvidado, saque la mano y salude a un colega que vi por alli:

¡EEEEEEH BARRINGTOOOOOOON! GUARDAME LAS NOVEDADES TIO QUE LUEGO ME PASOO-grité a pleno pulmón de forma infantil para luego ver como mi colega me sonreia y me colocaba el pulgar hacia arriba, luego me metí en el coche y miré a Erika con una sonrisa bobalicona y dulce-Es el dueño de la tienda de comincs mas conocida de la ciudad, jeje siempre me manda correos con los nuevos lanzamientos o de ediciones limitadas.

Me encogí de hombros, en realidad, Harvey tenía razón. No podía hacer nada si yo le daba calabazas como acababa de hacer. Iba a contestarle algo, que olvidé enseguida al ver cómo el poli reservaba sus cómics.

- Jules...bueno, él empezó a coquetearme, si es que eso que hace puede llamarse así, cuando Eth...mi novio se fue.- dije cuando él acabó de hablar con ese tal Barrington. Me di cuenta entonces de que nunca le había hablado de Ethan, menudo error, ahora preguntaría y tendría que contarle la extraña historia de que desapareció. Suspiré y le miré con cara de circunstancias. Entonces di un giro algo brusco al volante.

- He cambiado de idea, vamos a mi casa.- lo cierto es que había recordado que en mi casa había algo mucho mejor que helado de chocolate. Había...una fuente de chocolate. La mayoría de los mafiosos se gastaban su dinero en lujosos coches, mansiones, compañía y vinos caros,así que vivían como reyes. Yo no, yo me lo gastaba en caprichos tontos y por eso vivía como una estudiante de 19 años, como me gustaba vivir. A base de la infelicidad de mi infancia con el dinero, ahora no quería por nada del mundo ser de la alta sociedad.

Metí d enuevo la cabeza de forma divertida, una sonrisa afable, bobalicona e infantil mantenía mi rostro con ese aire de niño pequeño y feliz que siempre llevaba en mi rostro, muchos les parecía exasperante, pero a otros les parecía signo de felicidad, otros decías... ¿como no se le puede querer con esa carita?... yo simplemente era indiferente a esos comentarios, no tenía motivos para ser infeliz:

Vaya has sacado el tema y te has callado, jajaja bueno Jules me parece un cap...¡AAAAl REVES!-dije riendo cuando sentí el volantazo, bien otra loca al volante como yo, me encantaba saber que no era el único, aunque eso fue peor para Erika que para mi, puesto que me eche hacia ella y saqué la mano por su ventanilla despidiendome de mi colega-HASTA LUEEEGOOOOOOOOO

A su casa, me encogí de hombros y asentí, no me importaba, si allí había helado por mi guay, total, pasar un tiempo con mi amiga era lo que iba a hacer de todos modos, el lugar y haciendo el que daba igual, jugando a videojuegos, conduciendo, o tomando helados o quizás los cómics... a mi me daba igual:

Pues vale ¿Alli hay helado? ¿chocolate? videojuegos... nunca he subido a tu casa -dije con la misma sonrisa característica durante todo el trayecto.

Sonreí algo incómoda cuando él se percató de mi "error" al mencionar a Ethan. Luego vi su cara asustada al dar mi volantazo. En realidad yo siempre conducía muy bien, eso sólo había sido un lapsus, por nada del mundo querría hacerle ni el más mínimo arañazo a mi querido coche, al que cariñosamente apodaba Caddie- de Cadillac- le tenía demasiado amor, algo que muchos no comprendían, pero era lo único que conservaba de la época en la que no hubiera necesitado trabajar para vivir bien. Y no es que lo echase de menos, pero era una etapa de mi vida, y no debía olvidarla.

- Mucho mejor...una fuente de chocolate.- en realidad no era una buena idea llevar a un poli a mi domicilio, pero se trataba de Harvey, él ni siquiera sospechaba que yo tenía la más mínima relación con la delincuencia, y sabía que no me perjudicaría, era muy crédulo.

Pese a todo lo que había ocurrido, el trayecto no había sido muy largo, así que no tardamos demasiado en volver a Golders Green Road.

Mantuve mi estado, sentado en ese sillon y tarareando la misma canción que fui escuchando en la radio anteriormente, para luego mirar a mi amiga y tranquilizarla, no pasaba nada porqe hubiese mencionado lo de su ex, era ella la incomodada, por otro lado, en lo del volantazo, yo era un conductor diestro, pero era un loco, esas maniobras las hacia diariamente casi siempre, dependiendo lo que necesitase, pero me había cogido desprevenido, nunca me había fiado que las hiciese nadie mas, exceptuando Aura, ella era bastante diestra en los coches, pero sabía que era mejor en als motos y eso lo veiamos siempre en las carreritas que nos echábamos.

Cuando escuché lo de la fuente de chocolate la sonrisa se me convirtió en un rosto que deseaba tomarlo, no babeaba literalmente, pero mi boca connotaba una felicidad golosa que me daba un toque gracioso:

mmmm chocolateee...-dije de forma amena y divertida, no me podría permitir, dejar pasar tal oferta de mi amiga, por lo que saqué mi cabeza por la ventana y me dispuse a mirar al frente, en ese instante ya estaba viendo de lejos mi coche mal aparcado-Jajaja no quitarán mi coche de ahí lo se.

Le había puesto el cartelito de vehiculo oficial, podría aparcar en cualquier lugar que quisiese, y eso em molaba, bastante, antes me multaban bastante, ahora era yo el que aparcaba mal y nopodían multarme, aunque eso de multar... no podía por ser detective creo.