Noche de Sorpresa

Desde que habían iniciado su relación, hace no demasiado tiempo. Cristian siempre había tratado de que Rachel no se sintiera con la necesidad de hacer algo mas que dejarse llevar por el amor que el le ofrecía. Siempre era caballeroso con ella y la invitaba a cenar, al pasear o simplemente a pasar la tarde juntos en su casa. Le gustaba estar con ella, definitivamente la amaba. Desde que eran pequeños y la conoció un dia de verano, hasta ahora, no había cambiado ni un poco los sentimientos que tenia hacia ella.
El realmente se sorprendió cuando una mañana del viernes, mientras el estaba en la cava recibió una invitación de su novia para cenar esa misma noche. Se sintió incomodo por que no sabia si era realmente buena idea dejarla hacer todo. Sin embargo cuando le pidió que se dedicara solamente a ella no pudo negarse.

-¿A dónde vamos? –pregunto. Estaba vendado asi que de verdad no tenía ni la mas mínima idea de a donde iban. Sin embargo conociéndola, sabia que lo que le esperaba iba a ser muy gratificante.

Había reservado un mesa, en uno de sus restaurants favoritas, y también en uno de los más caros, pero eso era lo de menos. Se trataba del ‘Drones’, ese lugar había sido uno de los primeros en visitar cuando recién empezaban a salir…pero eso ya había sido hace años. La relación entre Christian y Rachel había empezado ya hace mucho tiempo, no tan solo el tiempo que tenían de noviazgo. Podría decirse que eso se remontaba hacia su niñez y aunque tal vez habían estado con diferentes personas ambos sabían que jamás habían sentido el amor que sentían el uno por el otro, que no se comparaba con nada.

Christian se había convertido en todo para ella. Cada uno con su vida pero aun así habían aprendido a combinarla, a llevarla juntos. De vez en cuando a Rachel le gustaba fantasear con eso, saber que pasaría en el futuro, el simple hecho de saber si permanecerían juntos toda la vida era una idea que la hacía emocionarse en todo su ser.

Aquella noche quería que fuera especial, quería demostrarle a Ian de una manera sencilla lo mucho que lo amaba y que no solo en el recaía esa parte de alimentar el amor, porque ella también lo amaba a el.

Entraron al lugar que lucía iluminado con luces deslumbrantes, de brillantes suelos rojos y un aire sofisticado. Aun con los ojos vendados.

-No preguntes aun, y tan solo déjame llevarte-le contesto Rachel mientras le tomaba de la mano hacia adentro del restaurante. La ventaja también de aquel lugar era la variedad de comidas internacionales que tenían dentro del menú.

El encargado de la puerta fue quien los atendía y los paso con alguien más para conducirlos a un lugar apartado de los demás para que ambos pudiesen estar a solos y disfrutando de la velada.

-Ahora sí, puedes quitarte la venda. Espero que te guste-dijo Rachel cuando ambos se quedaron a solas. En la mesa había una pequeña caja decorada de una manera elegante, la tomo mientras dejaba su bolso de mano en una de las sillas.

Aquella noche había decidido vestir con un vestido en tonos claros, algo sencillo pero que no dejara la elegancia que caracterizaba a Rachel al vestir. Dudo unos momentos en entregarle pronto el obsequio que le tenía, tal vez debía esperar un poco, tan solo se trataba de un detalle.

Spoiler:

La duda y curiosidad que tenía de saber a donde iban estaba comenzando a apoderarse de su mente. Desde que era su novia no podía quitarse la idea de casarse o tener hijos, era un pensamiento apresurado tal vez pero el caso era que lo arrastraba desde años.

A veces sentía que era una relación difícil. Christian trataba con todo tipo de personas empezando por hombres adultos, jóvenes y sobre todo mujeres, trataba a demasiadas, mientras que ella normalmente se veía rodeada de mujeres debido a su trabajo como diseñadora… y aunque el no era mujeriego siempre había una que llamaba su atención momentáneamente, terminaba alejándose por que no quería crear un problema. No después de todo el trabajo que le había costado decirle después de tantos años que le gustaba.

Sonrio cuando sintió su cálida mano, la apretó un poco mientras ella lo guiaba dentro del lugar al que había ido. Alcanzaba a oler cosas diferentes lo que hizo que se confundiera, no sabia si era un restaurante.

Obedecido cuando Rachel le dijo que podía quitarse la venda. Echo un rápido vistazo y dedujo: “Drones”. Volvió su vista hasta su novia, siempre estaba hermosa pero hoy había algo que le gustaba demasiado – Estas Hermosa –sonrio. Aunque cambio esa sonrisa por una mueca al ver una caja decorada como regalo entre sus manos –Pero, no tengo regalo para ti –le dijo sintiéndose inconforme.

Rachel siempre se había caracterizado por ser una mujer diferente a las demás. Desde pequeña mostro que le gustaba que su voz fuera escuchada, dar su opinión, participa, no ser tan solo alguien más del ‘montón’. Una de las cosas más claras que tenía en su vida era que sabía que quería destacar, quería aprender y un día estar lista para llevar sobre sus hombros el peso de dirigir una empresa tan grande como lo era la empresa de su madre, Armani, en donde poseían la mitad de las acciones. Rachel había trazado un pequeño camino como modelo, desde que era pequeña había estado en ese mundo pero había decidido cambiar por el diseño que era lo que en verdad le apasionaba…

Pero solo había algo en la vida que era capaz de hacerle olvidar aquel amor que Rachel sentía por la moda, y ese algo…más bien era alguien, se trataba del hombre que en aquel momento tenia justo en frente suyo. La sola idea de poder pasar toda su vida junto a él, es mas el simple hecho de saber que aquella noche podría disfrutarla solo ellos juntos sin ninguna interrupción la hacían la mujer más feliz. Sonrió con espontaneidad cuando escucho el cumplido de Christian.

-Tu luces tan apuesto como siempre-le susurro dándole un fugaz beso cerca de la comisura de los labios.

Sin duda alguna Rachel sabia lo apuesto y atractivo que era su novio, y no podía negar los celos que la inundaban cada vez que el recibía llamadas de ‘clientas’ para cerrar contratos o cosas por el estilo. No se trataba de inseguridad por parte de ella, ella se sabía hermosa y con la capacidad de amar a Christian como se lo merece para perderlo, así como también confiaba en el, pero aun así nunca estaba demás desconfiar de las demás personas…tan solo de vez en cuando.

-No hace falta, Amor. Esta noche es para que TU la disfrutes y tan solo te dejes querer…-le susurro acercándose a él para besarlo por primera vez en toda la noche.

Se sentía inconforme y esa sensación no se le iba a quitar hasta que le devolviera el regalo al doble o al triple si le era posible. Tenía en mente algo que quería hacer desde hace algún tiempo pero siempre debido al trabajo no se le daba la oportunidad. Ya pensaría en eso más tarde.

-Está bien, tú ganas –la miro haciendo al mismo tiempo una mueca- te obedeceré, incluso si medices: “Comerás en el suelo” lo are –rio.

Cerró los ojos automáticamente cuando sintió sus labios presionados. Christian coloco sutilmente sus brazos alrededor de la cintura de Rachel atrayéndola más para sí. Un suave roce e incluso el mas mínimo contacto de su novia hacia que se volviera loco y perdiera la cabeza. Sus labios, cada vez
que la besaba, lo invitaban a echar por la borda su autocontrol. Aunque siempre se mantenía al margen nunca había descartado la opción de hacer travesuras.

Mordisqueo levemente su labio inferior mientras se alejaba lentamente, no pudo evitar sonreír- Entonces, ¿Debo abrirlo ahorita o mas tarde?

Aun sentía la sensación de inconformidad, pero en el fondo, muy en el fondo a Christian le había gustado la idea. No celebraban nada pero el hecho de que a Rachel se le ocurriera la cena solo para estar juntos, le estaba diciendo que en verdad lo amaba. Lo hacia sentir el hombre más feliz y aunque a veces pensaba que era una sensación estúpida, terminaba rindiéndose.

No soltó ni un solo momento a su novia, si salían y se divertían pero eran pocas las veces que estaban así de juntos y sobre todo solos -Entonces lo abriré más tarde –la miro y sonrió.

Dejo la caja sobre una de las sillas que estaban al costado de la mesa. Disfruto del roce de sus labios y dejo que ella hablara sin hacer interrupciones. Asintió ante su idea, saco su celular del bolsillo interior del saco y lo apago. Lo volteo y se lo mostro apagado –Listo. Nada va a interrumpirnos –sonrió de lado.

Rio divertido ante lo que ella dijo. Desde que eran pequeños, Christian siempre había tenido que tratar a los demás con sumo respeto, pues su padre Chandler se enfurecía cuando no pasaba de esta forma. Esto también aplicaba con ella, y conforme el crecía tuvo que acatarse a llamarla formalmente cuando su padre y la familia Fermoselle estaba presente. Se le quedo tal costumbre que las pocas veces que llegaron a salir en su adolescencia, seguía llamándola Rachel o de vez en cuando solamente por su apellido: Fermoselle.

Esa es la razón por la cual algunas personas lo consideran demasiado respetuoso y caballeroso. Y aunque él no se cree de tal forma, no podía hacer nada pues ya estaba catalogado.

Las formalidades entre ambos desaparecieron desde el momento en que aquella cita de una tarde de viernes se convirtió en la mejor de su vida, en la cual finalmente Rachel se convirtió en su novia. No sentía mucho la necesidad de seguir llamándola así.

-Está bien, sus deseos serán mis órdenes –sonrió.

Christian tomo la mano de su novia y la llevo hasta donde estaba la silla, la cual arrastro para que ella se sentara. Una vez sentada el rodeo la mesa y llego hasta su silla.

El cambio tan rápido de llamar a Christian como un ‘amigo’ a tener el privilegio de poder llamarle amor era algo que simplemente hacía temblar el Corazón de Rachel. Tal vez podría sonar demasiado cursi, incluso para ella misma, pero era algo que no podía evitar, eso era lo que sacaba Christian de ella. Christian sacaba lo mejor de ella siempre. De hecho siempre había sido así, desde su adolescencia y ese cambio a la juventud había llevado en Rachel la necesidad de crecer así como también poco a poco crecieron aun más sus sentimientos hacia Christian.

-Christian... prométeme algo-dijo Rachel antes de sentarse-Por favor...nunca me vayas a fallar...-fueron las palabras que pronuncio.

Si había algo a lo que Rachel le tenia pavor era a ser enganada y sabia que podía confiar en Christian que el nunca se atrevería a faltarle al respeto con el simple hecho de seguir el flirteo de otra chica que no fuera ella. No podía negarlo, pero era algo celosa.

Rachel sonrió con dulzura cuando volvió a escuchar a su novio. Tal vez podía parecer una tonta enamorada pero era algo que le venía importando muy poco, inclusive para ese sentido de perfección el cual ella tenía y que todo el mundo le criticaba.

Christian tomo la mano de Rachel y la llevo hasta la silla que sería su lugar durante la cena, ella se acomodo en el mientras esperaba que Christian tomara asiento. El mesero no tardo en acercarse a con los elegantes menús del restaurant y ella no tardo en pedir…

-Pâté Lorrain para mi…-le dijo al mesero cuando este se volvió a acercar para pedir la orden.

Había muchas cosas por hacer aun, la noche apenas estaba empezando para Rachel y Christian.

No supo exactamente a que era lo que ella se estaba refiriendo. Sin embargo aquellas simples y sencillas palabras lo hicieron dudar de manera terrorífica, metiéndolo en un debate interno. Últimamente las citas entre los dos habían disminuido un poco debido a todo el trabajo que tenían, y cuando no tenían demasiado trabajo simplemente los días libres no coincidían.

No lo considero un problema al inicio, pero recientemente Christian se había echo de nuevas amistades y estas se sumaban a su lista de personas importantes. Y entre todas esas amistades había unas personas que destacaban más que otras.

Christian no quiso preguntar. Tal ve algún dia ella se lo diría sin que el tuviese que hacerlo.

Miro la carta del restaurante. La mayoría de la comida del menú era de su gusto pero al ver que Rachel había pedido algo frio, decidió pedir algo similar – Por favor Tourte Lorraine -le entrego la elegante carta al mesero.

Sonrio de lado y la miro alzando una ceja -¿Puedo saber por que esta vez decidió invitarme a cenar Srita. Fermoselle?-pregunto. El sabia muy bien la respuesta pero quería escucharla.